Hace algunos años, cerca de nueve si mi mente no me falla, nació este a quien hoy llaman "Pollo". Antes era un tipo normal... bueno, más bien común; hasta ese fatídico día, todo había ido de acuerdo a lo planeado. Pero aquel día , un 4 de Octubre, este otrora tranquilo individuo, sufrió un encuentro cercano con la muerte.
Y es que a un conductor se le ocurrió que sería buena puntada pasarse el semaforo en rojo, quizá penso "al fin que no pasa nada". Pero no contaba con que en ese preciso momento alguién cruzaba el camino.
Así que de pronto volé por los aires y sufrí tremendo golpe en la cabeza. No recuerdo más de aquel día. Al día siguiente estaba en el hospital, magullado y con un terrible dolor de cabeza, pero vivo. A manera de recuerdo, conservo una cicatriz justo sobre la sutura sagital. Si me hubiese golpeado un poco más fuerte, lo más seguro es que hubiera sufrido una fractura de craneo y una lesión del seno sagital, con lo cual seguramente habría muerto en el lugar del accidente. Pero gracias a mi corpulencia y a que derrape cerca de cuatro metros sobre el pavimento, logre frenar un poco el impacto. Aquello fué un parteaguas en mi vida. Comprendí la fragilidad de la vida.
Hoy, a casi una decada de aquel evento, aún mi mente se niega a recordar la totalidad de los hechos de ese día. Solo hay algo que siempre me viene a la mente. Una pregunta constante: ¿Por qué cruzé el camino?.
Fue entonces que nace este peculiar personaje, ese "Pollo" que por alguna razón decidió cruzar el camino.
Médico de profesión, un poco filósofo, algo de poeta y sobre todo, ¡loco de atar!